Los apicultores checos han inventado una nueva forma de combatir el parásito asiático. Se trata del ácaro de la abeja, causante de la varroasis. Esta enfermedad debilita y muy a menudo mata a toda la colonia. Sin embargo, la startup Apis Innovation ha encontrado una solución que ayuda a las abejas a deshacerse del ácaro de forma natural: con el sol.
La lucha más común que muchos apicultores eligen contra este parásito son las pulverizaciones químicas. Sin embargo, estos son perjudiciales para las abejas a largo plazo y tampoco son los más eficaces, ya que el ácaro de las abejas se resiste cada vez más a ellos. Los fundadores de la startup Jan Rája y Roman Linhart inventaron la colmena termosolar, en la que la luz solar eleva la temperatura a 40 grados centígrados, pero gracias a la estructura y a la película de aislamiento térmico de la colmena, mantiene un clima favorable para las abejas.
La base es la simple transformación de la radiación solar en radiación térmica. En las paredes hay una lámina especial de aislamiento térmico, y en la colmena también hay una placa metálica negra que transfiere el calor a la zona donde se encuentra la cría de las abejas. A una temperatura de 38 grados, el ácaro pierde su capacidad reproductiva y muere a los 40 grados. Sólo se calienta la parte superior de la cría: las abejas no podrían soportar la alta temperatura, por lo que se trasladan a la parte inferior de la colmena. Alrededor del 20% de la pupa se adhiere a las abejas, pero no dura más de cinco días en ellas y luego pasa a la cría. Por ello, para obtener un éxito del 100%, el tratamiento se realiza dos veces, con algunos días de diferencia.
La companía de Jan Rája ya ha vendido varias colmenas termosolares a varios países europeos, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Jordania. Hasta la fecha, la empresa ha vendido unas tres mil colmenas. El precio de estos productos oscila entre dieciséis y dieciocho mil coronas. El primer inversor también ha entrado ya en la empresa y, gracias a su financiación, la producción ha avanzado considerablemente. Cabe esperar que en un futuro próximo cada vez más apicultores recurran a soluciones sostenibles debido a la resistencia del parásito a los tratamientos químicos.
La varroasis producida por el ácaro limita la producción apícola, causando enormes pérdidas a las colmenas, además de reducir su productividad. Este parásito no sólo se encuentra en Europa, sino prácticamente en todo el mundo. Las primeras colonias de abejas infestadas por el ácaro de la abeja en Colombia se registraron en los años 90 en el departamento de Cundinamarca.
Elaborado por el equipo de la oficina de CzechTrade en Bogotá.
Fuente: seznamzpravy.cz