La mascarilla de Respilon, la empresa checa de Brno, tiene dos capas de nanofibra, una que captura el virus, y otra que lo desactiva. El óxido de cobre acelerado mantiene la mascarilla estéril. Por lo tanto, es posible usarla de manera repetitiva, tocarla o ponerla en el bolsillo. Según el fabricante, las mascarillas tienen un funcionamiento garantizado de una semana de uso, o 30 horas.