La firma de los Acuerdos de Artemisa marca un antes y un después en la historia de la exploración espacial, así como también en la de La República Checa, pues se han convertido en el vigésimo cuarto signatario de la iniciativa de gobiernos y empresas, que aboga por la exploración espacial pacífica y sostenible y quieren llevar seres humanos a la Luna y Marte.
El interés de la República Checa por los programas espaciales se refleja, por ejemplo, en el hecho de que en Praga está la sede de la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (EUSPA), que está a cargo de los sistemas de satélites Galileo y Copernicus.
Por último, se tienen a varias empresas que fabrican componentes para cohetes espaciales, en el marco del programa espacial europeo. Ahora, como parte del programa Artemis, que busca reanudar los vuelos tripulados a la Luna y más tarde a Marte, se establece un importante marco jurídico internacional para la exploración del espacio y brinda oportunidades tanto al gobierno como al sector privado checo.