En este período de cambios significativos con la llegada del nuevo presidente de Estados Unidos, Colombia enfrenta una crisis diplomática y comercial con el gigante norteamericano, afectando profundamente sus relaciones bilaterales.
EE. UU. sigue siendo el principal socio comercial y estratégico de
Colombia. El mes pasado, Donald Trump y Gustavo Petro iniciaron una disputa
cuando Petro rechazó el aterrizaje de dos aviones con colombianos deportados.
Trump respondió con amenazas de aranceles y restricciones de viaje, pero el
conflicto se resolvió en menos de 24 horas. Expertos sugieren que fue una
táctica de presión. Los aranceles habrían afectado tanto a consumidores
estadounidenses como a exportadores colombianos, dado que Colombia es líder en
flores y café, y su comercio con EE. UU. genera miles de empleos.
La
USAID gestiona la asistencia exterior para promover el desarrollo, pero la
administración Trump recortó fondos, considerando algunos proyectos un
derroche. Además, Elon Musk fue designado para revisar gastos, lo que llevó a
suspensiones. El enfoque proteccionista de EE. UU. amenaza las exportaciones
colombianas y sugiere desafíos adicionales para el comercio bilateral.
Históricamente, EE. UU. ha influido en la región bajo la Doctrina Monroe, originalmente
concebida para evitar la injerencia europea pero convertida en una excusa para
el imperialismo estadounidense en América Latina, justificando intervenciones con la lucha
contra el comunismo. Durante la Guerra Fría, Washington impuso su
agenda bajo el pretexto de combatir el comunismo, respaldando
contrainsurgencias que desestabilizaron la región y consolidaron su control.En Colombia, esto
impulsó la militarización y la dependencia de la ayuda estadounidense,
reforzada con el Plan Colombia, que financió operaciones militares bajo el
pretexto del narcotráfico.
Las políticas de Trump podrían acelerar un cambio en las alianzas económicas y
estrategicas de Colombia, favoreciendo a China. Su enfoque agresivo y
proteccionista podría abrir aún más la puerta a la influencia china en la
región. Algunos analistas predicen que, en pocos años, o incluso meses, China
podría superar a EE. UU. como el principal socio comercial de Colombia. Este febrero se inauguró
una nueva conexión portuaria con China, fortaleciendo la relación. Aunque
diversificar socios ofrece oportunidades, también implica riesgos geopolíticos
y económicos, como la gestión de tensiones geopolíticas y la necesidad de garantizar
que estos nuevos acuerdos sirvan a los intereses de Colombia a largo plazo.
A
pesar de que China ya es el mayor acreedor de la región, en lugar de fortalecer
sus alianzas con Latinoamérica, la nueva administración estadounidense parece
estar logrando lo contrario, debilitando su propia influencia y facilitando el
avance chino. Si bien la hegemonía estadounidense no ha traído solo beneficios
a la región, tampoco está claro que la influencia china sea una alternativa
positiva. Sus proyectos de infraestructura son conocidos por generar deudas a
largo plazo para los países involucrados. A medida que las políticas de Trump
empujan a Colombia hacia un realineamiento económico y político con China,
surge una pregunta clave: ¿Está Colombia simplemente cambiando un hegemón por
otro? Y si es así, ¿serán realmente diferentes las consecuencias, o se repetirá
la historia bajo un nuevo orden global?
Elaborado por el equipo de CzechTrade
Colombia
Fuentes:https://www.infobae.com/colombia/2025/02/03/ ; https://elpais.com/america-colombia/2025-02-05/ ; https://www.bbc.com/