Las infecciones de la piel, como las micosis en los pies, las uñas o el cuero cabelludo, podrían diagnosticarse en el futuro de una forma completamente nueva mediante el olor. Científicos checos de la Academia de Ciencias están trabajando en el desarrollo de una tecnología que permitiría una identificación más rápida y precisa de estas enfermedades, mejorando así su tratamiento.
Las infecciones de la piel son causadas por hongos llamados dermatofitos, que liberan sustancias volátiles orgánicas conocidas como volátiles. Estas sustancias tienen un perfil olfativo único, específico para cada tipo de hongo. Al analizar estas sustancias, los científicos pueden no solo identificar los tipos de dermatofitos, sino también detectar cepas resistentes a los medicamentos antimicóticos comunes.
La nueva tecnología podría utilizar un dispositivo conocido como nariz
electrónica. Este aparato, utilizado por ejemplo en aeropuertos para detectar
sustancias químicas, es capaz de captar incluso pequeñas cantidades de compuestos
químicos en el aire. Si se adapta para dermatología, podría detectar la
infección directamente en el cuerpo del paciente, sin necesidad de pruebas de
laboratorio largas.
Los métodos actuales para diagnosticar infecciones de la piel, como el examen
microscópico o el cultivo, son lentos y no se utilizan comúnmente. Como
resultado, los médicos a menudo inician el tratamiento basándose en
suposiciones, lo que puede afectar negativamente el progreso del tratamiento.
Por ejemplo, los corticosteroides, que se usan comúnmente para tratar
enfermedades inflamatorias de la piel, pueden empeorar el estado del paciente
si la infección es causada por hongos.
Si el nuevo enfoque se desarrolla tecnológicamente, podría significar una
revolución en la dermatología. Un diagnóstico rápido y preciso permitiría
aplicar tratamientos específicos en las primeras etapas de la infección,
evitando complicaciones y mejorando la efectividad del tratamiento.
Además del diagnóstico de enfermedades de la piel, la tecnología podría ser útil
para otras enfermedades causadas por microorganismos. Por eso, los científicos
están trabajando para que el sistema esté listo para su uso en la práctica
médica diaria, lo que beneficiaría no solo a los médicos, sino también a los
pacientes.